De los casi 4.000 universitarios, se detectó alguna problemática psicológica en el 42%: el 10% no estaba satisfecho con su vida, el 15% sufría de depresión y el 17% presentaba trastornos de ansiedad. Tal y como afirmó la Dra. Melina M. Bersamin, directora de la investigación: “Es prematuro concluir que los encuentros sexuales ocasionales no plantean riesgos psicológicos nocivos para los adultos jóvenes”.
Pero la conclusión del estudio no es que se trate simplemente de una relación causa-efecto: practico sexo con una desconocida, me arrepiento, tengo remordimientos y esto me genera malestar. Según la doctora Bersalim, los datos también deben leerse a la inversa: “Las personas que están deprimidas, ansiosas e insatisfechas con sus vidas podrían ser más propensas a tener relaciones sexuales ocasionales”.
Los vínculos causales entre el comportamiento sexual y la salud mental no están claros, pero sí parece haber una cierta relación entre sexo casual y depresión. Así que antes de darte lo que tú consideras una «alegría pa’l cuerpo», párate a pensar si de verdad quieres hacerlo. Más vale prevenir que curar.