Depilación íntima ¡fuera tabúes!

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1. Recortado y rasurado. Puede que lo que no te guste de tu vello púbico no sea la cantidad sino la longitud del mismo. Si este es tu caso, tu herramienta de trabajo son las tijeras, pero ¡ojo!, siempre extremando las precauciones y utilizando esta técnica el mínimo posible.

Como norma general, las tijeras son muy poco recomendables, dado el peligro de cortes que entraña su uso. Puedes emplearlas para un recorte general, muy superficial, o bien para eliminar algún grupo capilar de longitud excesiva pero nunca para un recorte intenso demasiado cercano a la piel.

Tras este primer recorte ligero, puedes recurrir al rasurado como forma idónea para eliminar temporalmente el vello púbico. Para ello, tienes actualmente afeitadoras con complementos específicos para tratar la zona con toda la delicadeza que requiere.

Estas innovadoras maquinillas son más recomendables que las tradicionales cuchillas, ya que están preparadas para amoldarse a la anatomía del área respetando al máximo la sensibilidad cutánea. Las afeitadoras disponibles en el mercado, previenen y evitan, además, posibles pequeñas lesiones como cortes o la aparición posterior de pelos encarnados.

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