¿Cómo llegar a este porcentaje?
- Realiza mínimo 5 comidas al día.
- Limita el consumo de grasa. La grasa en la dieta de un deportista no deberá exceder el 28% de las calorías totales. Controla el aceite con el que cocinas tus alimentos y reduce la grasa saturada de la leche, carne o bollería industrial.
- Consume una dieta variada. Ningún alimento contiene todos los nutrientes que necesita un deportista.
- No te obsesiones con un tipo de alimento o algún tipo de nutriente, por ejemplo, las proteínas. Para un cuerpo definido es necesario un aporte de proteínas adecuado, pero no excesivo. Contabiliza los gramos de proteínas que consumes a lo largo del día, y que estos no superen el valor de 1,8 gramos por kilogramos de tu peso.
- Reduce el consumo de azúcares simples y aumenta la toma de carbohidratos complejos como pan, pasta, cereales…y si son integrales mejor!
- Intenta limitar, sino es eliminar, el consumo de alcohol.
- Mantente hidratado. Lo normal es ir al servicio cada 2 ó 4 horas y el color de la orina debe ser claro. El músculo necesita agua para crecer, ¡bebe! Es interesante conocer que los hidratos de carbono también hidratan. Cada gramo de carbohidratos esconde 3 gramos de agua. Por ello, una vez cocinado la pasta su peso aumentará tres veces en comparación a sus gramos en seco.
- Tus comidas deben ser repartidas de manera eficiente dependiendo de cuándo y cómo sea tu entrenamiento. Consulta con un profesional que te guíe o lee este artículo.
- Combina ejercicio cardiovascular con actividades explosivas. No contemples la posibilidad de trabajar sólo con pesos y máquinas de fuerza en un gimnasio. Un cuerpo estético y saludable es funcional, y para ello, debe dominar todo tipo de actividades.
- Mantén una visión positiva de tu cuerpo. Deja de preocuparte con pensamientos y mantente ocupado con entrenamiento y mentalidad optimista. Antes de triunfar, el éxito debe ser visualizado.