El triunfo de la metrosexualidad
Durante la última etapa de los 90 se acuñó el termino metrosexual. Fue el periodista británico Mark Simpson en una artículo en el diario The Independent. En este artículo definía al nuevo hombre del siglo XXI, urbanita e interesado en cuidar su aspecto físico a través de la cosmética y la moda. Pero esto podría haberse quedado en una simple reflexión que un periodista hace en un artículo. No fue así.
Aunque de primeras no caló como concepto, a principios de los años 2000 se le puso cara. Ahí la cosa cambió. David Beckham se erigió como el icono de la metrosexualidad. Se asoció el concepto a una celebrity internacional con millones de seguidores. El negocio estaba hecho.
El sector de la moda y la belleza se frotó las manos. Se abría una posible fuente de ingresos inagotable. Todos ganaban. El primero David Beckham que vio cómo se multiplicaban sus campañas publicitarias. Hasta su señora esposa se vio beneficiada, de paso.