También es sabido que la carencia en el organismo de algunas sustancias, que se obtienen de los alimentos, puede contribuir en los cambios de humor.
La falta de vitaminas B y C, y la ausencia de minerales como el magnesio y el zinc pueden provocar en el organismo un estado de depresión.
En una dieta sana y equilibrada se debe proporcionar al cuerpo todos los nutrientes necesarios, incluidos vitaminas y minerales, para hacer que éste permanezca sano y funcione correctamente, tanto a nivel físico como a nivel neuronal.
Hasta ahora y según lo que hemos expuesto, no parece que exista una relación física entre estar a dieta y estar de mal humor, siempre que la dieta sea sana y equilibrada.
Sería lógico pensar que las personas que cambian sus hábitos alimenticios a una dieta sana , deberían ser más felices y no estar de mal humor. Pero entonces, ¿por qué hay gente a la que estar a dieta les puede cambiar el carácter, e incluso les puede suponer caer en un estado de depresión?. Para contestar esta pregunta debemos acudir a motivos más bien psicológicos que físicos.