La piel grasa es el tipo de piel más común por razones hormonales, es más gruesa y produce más sebo. Tiene sus ventajas e inconvenientes pero el mayor problema es que no recibe los cuidados básicos que necesita.
Los hombres con piel grasa tienden a descuidarla. Para empezar, no tienen sensación de tirantez en el rostro, sin esa necesidad a cubrir muchos no aplican ningún tratamiento facial. Lo cual nos lleva a otro problema común: la deshidratación.
El tercer problema también es por cuidados cosméticos básicos inadecuados. Es una piel que brilla por exceso de sebo, la sensación pringosa es desagradable y muchos hombres se limpian la cara con jabones agresivos. El resultado de este gesto de limpieza inadecuado es un confort pasajero, como un parche que no soluciona el verdadero problema. La piel se reseca, se deshidrata más y normalmente existe un efecto rebote.
Es una verdadera lástima porque se puede cuidar la piel grasa para que esté bien hidratada y controlar el exceso de grasa con gestos y cosméticos adecuados. Ese sebo mantiene la piel grasa mucho más lejos de la arrugas, a cambio hay que estar alerta a la flacidez cutánea. Al ser una piel gruesa, la gravedad no perdona y se descuelga: hay que aplicar un tratamiento reafirmante.