El número de veces que entrenemos a la semana también determinará la duración del entrenamiento. Por ejemplo, si nuestra rutina de entrenamiento está fijada en cinco días a la semana, una hora puede ser un tiempo perfecto para trabajar un grupo muscular como la espalda.
Sin embargo, si entrenamos tres días a la semana y hacemos espalda con tríceps, una hora puede ser escasa para trabajar adecuadamente los dos grupos musculares.
La intensidad, otro factor determinante
Otro factor decisivo para determinar nuestro periodo de entrenamiento es la intensidad con la que desarrollemos éste. Si hacemos los ejercicios con mucho peso, llevando el esfuerzo al límite de nuestras fuerzas, pasado un tiempo nuestro rendimiento no será igual que al principio.
Es aconsejable dosificar bien el entrenamiento y determinar qué ejercicios vamos a trabajar con mayor intensidad, para evitar quedarnos sin fuelle en la mitad de la sesión. También debemos aprender a fijar espacios de descanso adecuados, que permitan al músculo descansar hasta recuperarse de nuevo, antes de volver a hacer un ejercicio con la misma intensidad.