El contraste de las épocas en la existencia del grupo se ve aderezada con sapiencia, con elementos de humor espontáneo, elegancia en la escenificación y una acción eficientemente tratada, sin que empalague ni desvirtúe la pulcra realización.
Son 130 minutos de coherencia argumental, de matices emocionales y terrenales en medio de una implacable realidad marcada por la defensa desesperada de la supervivencia por parte de estos magníficos personajes del universo Marvel.
Un cómic que Singer sabe exprimir como pocos para extraer el zumo más dulce de cada personaje. En X-Men: Días del futuro pasado se logra la combinación más atinada entre la Primera Generación y X-Men: La decisión final. Con este enfoque y su consiguiente propuesta, a aquellos que les quedaron “cabos sueltos” con las dos versiones anteriores hay que decirles que es muy probable que con Días del futuro pasado se terminen por atar.
