Y lo hace con un material nuevo que no está basado en nada previo, aunque ciertos pasajes puedan recordar a otros filmes, lo cual convierte a esta cinta en un rara avis dentro de los blockbusters del panorama actual.
Partiendo de un guión Damon Lindelof -productor y guionista de la recordada serie Perdidos-. El director nos trae una película en torno a la fascinación por la tecnología, los sueños y el mensaje de que un mundo mejor es posible.
La película resulta de lo más entretenida y posee algunas de las imágenes más bellas vistas recientemente en la gran pantalla, pero no cumple las expectativas.
Ya que la cinta empieza muy arriba con un ritmo endiablado, pero luego pega un bajón bastante considerable. Es como si nos fuésemos de viaje a un lugar que promete ser lo más, pero una vez llegado al sitio este no fuese para tanto. Y de esta manera, resultara más divertido el trayecto, que el destino.