Es bastante común en el “mundo real”, que cuando la corrupción está enquistada en ciertos organismos dedicados a la ley y a la autoridad, aún en aquellos con cierto prestigio, sus miembros se sientan intocables e impunes.
[pullquote]Contra todo pronóstico, el grupo tiene entre manos otras intenciones; nada menos que hacerse con un botín millonario[/pullquote]Pero en el film que nos propone David Ayer (Sin tregua, Dueños de la calle) con Sabotage, los efectivos corrompidos de la DEA estadounidense, tendrán sorpresas desagradables después de delinquir, y justo cuando creen que tienen todo controlado.
Un equipo de la agencia antidroga, comandado por John Wharton (Arnold Schwarzenegger) está abordando una difícil misión para llegar al corazón de una peligrosa red de narcotraficantes. El objetivo es detener al grupo y desarticular a la organización criminal.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, el grupo tiene entre manos otras intenciones; nada menos que hacerse con un botín millonario. Con el dinero en su poder y bien escondido, el comando cree estar completamente a salvo, pero misteriosamente empiezan a aparecer los cadáveres de cada uno de sus miembros. Un desconocido pone en jaque a los policías corruptos de una forma violenta y drástica. No sólo el fraudulento plan corre peligro, sino la misma vida de todos sus ejecutores.
La película está basada en la novela de Agatha Christie Diez negritos, y cuenta con la participación de actores con buenas producciones sobre sus espaldas: Malin Akerman (La proposición), Sam Worthington (Avatar, Furia de titanes), Josh Holloway (Perdidos) y Olivia Williams (El sexto sentido).
El argumento de Sabotage propicia un aprovechamiento de trama y de recursos de lo más fértil. El espectador deberá juzgar si el director, guionista y actores contribuyen a explotar adecuadamente las ventajas que ofrece la historia.