Fincher apuesta de nuevo por el que parece ser el género en el que se siente más cómodo y es que, en las películas de suspense, nadie puede negar que este director se está haciendo un gran nombre que termina de coronar con este nuevo largometraje.
Perdida trata de lleno el mundo de las apariencias y el cómo estas pueden hacer creer lo que no es. Para conducir al espectador a la duda, el director carga con esta responsabilidad a Ben Affleck en el papel de Nick Dunne, quien no sólo consigue salir airoso de la tarea que se le había encomendado, sino que se convierte en lo mejor de la película.
No podemos olvidar, en ningún momento, a Rosamund Pike en el papel de Amy, que logra ser la “perdida” más deseada de encontrar de las últimas películas de secuestros.
La película no sólo demuestra que las apariencias engañan, sino también aborda de lleno la influencia de los medios de comunicación en las personas y cómo estos introducen directamente en sus mentes las ideas que quieren trasmitir siendo, muchas veces, erróneas y, sobre todo, precipitadas.