Nima Fakhrara compone una b.s.o. de corte electrónico, bella a la par que inquietante, que ayuda a crear junto con las imágenes, ese deseado y raro ambiente que domina todo el film.
Dotada de una fotografía muy trabajada y unos fx efectivos, La señal, responde a ese perfil de cine fantástico de corte indie, que acapara la atención en festivales, pero que raramente llega a las salas comerciales.
Y es que, es la cinta no será del agrado de todo el público, pues, exige a quien la vea, que ponga un poco de su parte. Los elementos que componen la trama son dosificados a medida que avanza el relato, en beneficio del misterio y el agobio.
Lejos del cine más comercial donde las reglas del juego son dadas desde un principio, y luego el espectador solo ha de dejarse llevar por la sucesión de escenas en pos del espectáculo, la película va tejiendo con ritmo seguro, una telaraña en la que si te dejas atrapar, verás recompensado tu esfuerzo, merced a un desenlace, que te dejará pegado a la butaca.