Posiblemente, si todo sigue como hasta el momento, estemos ante el papel del año. Rictus imperturbable, finísimo, casi imperceptible, sentido del humor, violencia de una pulcritud envidiable y una personalidad absolutamente arrolladora.
Todos sabemos que los malos siempre ejercen mucho magnetismo, pero en este caso se trata de un ser de una extrema violencia que ejecuta su trabajo con una pulcritud meridiana y un punto de sarcasmo que espanta. Muy del estilo Coen.
Se come la pantalla y emerge como uno de los principales valedores de la serie por la gran cantidad de incógnitas que presenta su personaje, veremos como va evolucionando.
Como vemos, la gracia de esta serie es que ha sabido captar la esencia de la mítica película pero haciendo evolucionar y transformando a sus personajes para elaborar una trama mucho más complicado y, me atrevería a decir, muchísimo más negra.
Por todo esto Fargo es sin duda la serie ha seguir desde ya, desde el primer capítulo atrapa y ahora es momento de averiguar hasta donde puede llegar y, sobre todo, si tendrá continuidad. Razones para ello no le faltan, confiemos en nuestros amigos Coen.
