Podemos decir que en esta cinta han optado por la “vía Titanic”, que dicho así puede sonar un poco raro, pero me refiero a que, al igual que en la oscarizada película de James Cameron nos narraron el naufragio de tan insigne barco a través de los ojos del personaje encarnado por Kate Winslet, aquí la historia nos es narrada desde la mirada del chico encarnado por Josh Hutcherson.
Así, tenemos un thriller que se toma su tiempo y va lento pero seguro (aunque los mejores minutos se hayan en su último tercio), enrareciendo el ambiente del relato y llenándolo con un Benicio del Toro que no hace falta que recite una sola palabra para conseguir inquietar.
A pesar de que queda relegado al rol del “malo de la película”, el intérprete de Che: El argentino aprovecha cada minuto en pantalla y consigue dotar a su Escobar de una presencia que llena la pantalla y se hace notar incluso cuando no lo ves. Es sin duda lo mejor del conjunto y su interpretación pide a gritos más minutos en pantalla.
