Esas células muertas, que aumentan de forma evidente cuando termina el periodo estival, unidas a la presencia de partículas grasas, es lo que puede provocar, nuevamente, la obstrucción de los poros y la reaparición del acné en pieles grasas. Es lo que se conoce como el efecto rebote. Los granos, que parecían controlados, vuelven.
Una limpieza profunda del rostro, que incluya una exfoliación, es uno de los cuidados básicos post-verano, pero, además, si tienes tendencia al acné, tendrás que extremar las precauciones y recurrir a cosméticos adecuados para mantener espinillas y comedones bajo control.
Este es el momento de utilizar, cada mañana tras el lavado y afeitado, un tónico que atienda las necesidades urgentes y transitorias que ahora tiene tu piel. Elige uno que calme la dermis, ayude a cerrar poros y además tenga propiedades antibacterianas capaces de reducir poco a poco la microinfección del folículo y bajar la inflamación (un grano no es otra cosa: infección e hinchazón).