Si guardamos las comidas ricas en carbohidratos para la noche (como las patatas dulces o el arroz integral) y dejamos las frutas dulces, ricas en fibra para el día, es posible quemar la grasa del cuerpo de manera eficiente y consistente.
3. La psicología del apetito
Como hemos mencionado antes, muchos de los patrones de deseo relacionados con el apetito están vinculados a los hábitos del hombre antiguo. Un claro ejemplo es la necesidad de comer en grandes cantidades cuando nos sentimos seguros. Esta sensación está relacionada con el hogar, ya que es allí donde podemos relajarnos y prepararnos apropiadamente para las actividades que enfrentaremos el día siguiente, tal como en la antigüedad.
Es por este motivo que es más fácil para el ser humano realizar pequeñas comidas durante un día lleno de tareas diferentes y luego darse una gran cena como recompensa por la pequeña dieta que se ha impuesto durante el día, generando una efecto positivo a nivel psicológico en la persona.