Que la ropa vaya perdiendo color a medida que pasa el tiempo y sus respectivos lavados es prácticamente inevitable. Eso sí, podemos conseguir que el deterioro se alargue más en el tiempo y no sea tan evidente. Tan solo tenemos que tener en cuenta una serie de consejos que a continuación enumeramos.
- Siempre deben seguirse las instrucciones que aparecen en el etiquetado de la ropa respecto al tipo de lavado, temperatura, secado y planchado de la prenda.
- La ropa debe tenderse en lugares secos, pero es recomendable que no les dé directamente el sol, ya que la exposición solar deteriora el color.
- Es recomendable hacer los lavados de color con agua fría.
- Separa al máximo los colores por tonos al lavarlos, ya no sólo los blancos, sino también divide colores claros y oscuros.
- Darle la vuelta a las prendas al introducirlas en la lavadora es básico para evitar un desgaste directo de la parte exterior de la ropa.
- Utiliza productos y detergentes específicos para ropa de color o, por el contrario, para ropa blanca.
- En las prendas blancas es recomendable utilizar algo de lejía y antical para evitar que se amarilleen.
- No hay que llenar demasiado la lavadora, más vale hacer dos lavados que uno repleto de prendas, por el bien de la ropa.
- Las secadoras pueden ser muy útiles, pero no son demasiado beneficiosas para la ropa.
- Ante una mancha delicada más vale siempre acudir a una tintorería o lavandería, ya que si nos arriesgamos con soluciones caseras podemos estropear el color de toda la prenda.