Así, aunque no existen evidencias sólidas que puedan avalar un beneficio significativo de las modificaciones en la dieta y su repercusión en la salud prostática, San José indica unas recomendaciones generales no específicas, que pueden tener un impacto indirecto sobre la evolución de la enfermedad prostática.
“Las dietas ricas en grasas animales, carnes rojas, ácido omega 3, suplementos de zinc y pobres en vegetales, en particular de brócoli y coliflor, pueden estar relacionadas con el desarrollo de cáncer de próstata”, describe San José. “La ingesta de soja y productos derivados de la misma, el licopeno, un antioxidante rico en el tomate y el consumo de más de 6 tazas de café al día podrían ser factores protectores frente al cáncer de próstata”.
¿Hay que hacerse revisiones anuales?
Al igual que la mujer tiene interiorizado su visita anual al ginecólogo, ¿deberían los hombres adoptar este hábito y acudir al urólogo periódicamente a partir de los 50 años? El presidente de la Asociación Española de Urología indica que tras la primera visita al especialista cuando noten los síntomas anteriormente descritos, la vuelta al urólogo dependerá de los síntomas y de los marcadores que el médico de familia le hará en consulta.