4. No mientas. Parece mentira –valga la redundancia–, pero aún hay mucha gente que miente en su currículum. Habrás oído de alguien a quien le ha funcionado, pero estos casos entran en el terreno de las excepciones y las leyendas urbanas. En la era de internet y las redes sociales se pilla antes a un mentiroso que al doctor House. Para bien y para mal, todos estamos conectados, y la red permite rastrear los antecedentes y la trayectoria de cualquiera. Y no olvides que, en caso de ser preselecionado, tarde o temprano deberás demostrar tus méritos.
5. La foto importa. Podemos cerrar los ojos a esta realidad, pero vivimos en un mundo dominado por la imagen, y en muchos casos adjuntar una buena foto puede ser un plus. En todo caso, nunca sobra. Si decides añadirla, elige una imagen formal pero en la que aparezcas natural. La calidad de la imagen también revela si estás familiarizado con las herramientas informáticas y si eres alguien cuidadoso con los detalles. Las personas que se encargan de seleccionar personal dan fe de la poca atención y la frivolidad que muchos candidatos muestran por este detalle.