6-Mostrar predisposición a interactuar con la audiencia: incontables estudios han confirmado la efectividad de los intercambios entre el orador y sus oyentes en lo que a incorporación de conocimientos se refiere.
7-Utilizar el buen humor como recurso de la oratoria: descartar por completo una actitud chulesca, intimidatoria, irónica o burlona. No podemos olvidar que la letra con sangre no entra.
8-Introducir amenidad a la charla o discurso con anécdotas, analogías y experiencias. De esta forma estaremos contribuyendo considerablemente a la enseñanza, además de lograr la atención de nuestro auditorio o grupo.
Con estos consejos quizá no te aseguremos la solución definitiva a tus “frenos” a la hora de hablar en público, pero creemos que te pueden orientar de cara a enfrentar un discurso o charla relevante para tu carrera profesional.