Si se quiere que los empleados sean puntuales, nada será más recomendado que llegar temprano todos los días, por ejemplo. Tratar con cortesía a todos y fomentar los buenos hábitos en el trabajo será fundamental.
2. Humildad en todo momento
¿Cuántos son los casos de los “jefes” que tras llegar a un cargo destacado pierden la humildad? Lastimosamente, demasiados. Una vez se llega al cargo deseado, las ganas y el ímpetu por ser mejor no debe desaparecer.
Un buen líder es aquel que no tiene problemas en compartir el centro de atención y otorgar el crédito a otros que lo merezcan. La humildad es un factor diferencial, los empleados y clientes lo apreciarán, mejorando el entorno en todo sentido.
3. Establecer límites
Hasta el líder más humanizado y atento debe establecer los límites en el ámbito laboral para trabajar de la mejor manera. El respeto evita las confusiones molestas en la oficina.