Aunque todos sabemos que freír no es la forma más sana de cocinar alimentos, muchos disfrutamos de este método de cocción una vez por semana. En estos casos, recomendamos seguir los siguientes nueve consejos para cuidar la calidad nutricional de las frituras.
Menos grasas trans y sustancias tóxicas
Para que la fritura no genere grasas trans ni aldehídos tóxicos propios de las transformaciones que pueden sufrir los aceites, podemos poner en práctica los siguientes consejos:
- Evitar superar los 180° al calentar el aceite, pues después de esta temperatura son más probables los cambios en los ácidos grasos que pueden dar origen a sustancias tóxicas y a grasas trans.
- Realizar cocciones cortas, pues a mayor período de calentamiento del aceite mayores son las probabilidades de que los mismos sufran cambios nocivos en términos nutricionales. Para ello, lo recomendable es comenzar la fritura cuando el aceite haya alcanzado la temperatura adecuada.
- Escoger preferentemente aceite de oliva, que soporta mejor las temperaturas e incluso, resiste la formación de grasas trans hasta en un segundo calentamiento.
- Evitar mezclar materias grasas, pues si bien el aceite de oliva puede ser muy estable, su estructura se debilita en presencia de otros lípidos no tan resistentes a las altas temperaturas y así, perjudicamos la calidad de la fritura.
- Evitar el recalentamiento del aceite, ya que a mayor tiempo de exposición al calor más probable es que la estructura de los aceites se debilite y por ello, a mayor número de calentamientos es más frecuente la formación de sustancias toxicas así como de grasas trans.
Con estos trucos en mente podemos prevenir la formación de grasas trans y sustancias tóxicas al freír, y por lo tanto lograremos una fritura de mejor calidad nutricional y que no perjudique la salud.