Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, permite la libre permanencia de uno a tres meses a los viajeros con pasaporte de alguno de los 45 países a quienes considera exentos de requerimientos de visa.
A los ciudadanos del resto de países, sin embargo, les exige que estén «medicamente sanos» como criterio para otorgar un permiso de entrada. Tener VIH supone no recibir ese certificado de aptitud médica.
Las restricciones son aún mayores para quienes quieran optar por un permiso de residencia o trabajo en estos cinco países, a quienes se les obliga a someterse a una prueba específica de VIH independientemente de su lugar de origen.
Si el resultado es positivo, estas personas se enfrentan a una más que probable deportación.
Leyes «arbitrarias»
ONUSIDA denuncia además que en ocasiones estas normas se aplican de manera «variable y arbitraria».
«Hay ejemplos de países que otorgan exenciones analizando caso por caso, por ejemplo para promover la reunificación familiar, permitir el acceso a asilo o por necesidades del mercado de trabajo», le dijo a BBC Mundo la Asesora Especial de Derechos Humanos y Género de ONUSIDA, Luisa Cabal.