Cuando las estadísticas revelan una caída en las ventas de coches en un determinado período de tiempo, esto sin dudas no es una buena noticia, pero a la vez no significa una sentencia definitiva en este sentido.
[pullquote]El precio debe equilibrarse con otras variables como la calidad, las prestaciones, las garantías y los servicios que nos proporciona el coche[/pullquote]Es irrefutable que en ese período se están vendiendo menos coches, pero no podemos perder de vista que dichos cálculos se refieren a aquellos vehículos cero kilómetro, es decir, nuevos. En contrapartida, muchos de los que no han podido acceder a estos turismos optan por adquirir alguno de segunda mano o usado, una inversión económica que sí pueden afrontar en ese momento.
Pero aunque tengamos una idea bastante clara del vehículo que pretendemos comprar, siempre es recomendable tener en cuenta ciertas cuestiones fundamentales.
- Planificar la compra con antelación. Este tiempo nos servirá para terminar de definir nuestras necesidades reales, pero sobre todo, para comparar opciones de mercado. Esto nos permitirá tomar la mejor decisión; más racional y menos emocional y se traducirá en el respeto responsable del presupuesto que hemos predeterminado.
- Precio. Debe equilibrarse con otras variables como la calidad, las prestaciones, las garantías y los servicios que nos proporciona el coche elegido. El ahorro es importante, pero nunca debemos olvidarnos de la máxima de que lo barato puede salir caro.
- Asegurarnos la garantía mínima de 12 meses. Estipulada legalmente, si optamos por un vendedor profesional y fiable la tendremos. Esta garantía no debe acarrear sobrecostes. Además, una ampliación de la misma, puede ser una buena apuesta a futuro.
- Conocer los datos reales del vehículo. Los conoceremos mediante la solicitud de un certificado de kilometraje, libro de revisiones o historial de mantenimiento. Estos documentos deben estar sellados.
- Conocer la procedencia y situación del vehículo. Se trata de información que el vendedor debe facilitarnos obligatoriamente; el uso al que estaba destinado el vehículo (familiar, taxi, alquiler, entre otros) y si el mismo está libre de multas, embargos y otros antecedentes que nos puedan perjudicar.
- Estado general del vehículo. Posiblemente la tarea más importante, pero a la vez, la más compleja de valorar. La única alternativa es que una empresa certificadora nos emita un documento o informe que acredite dicho estado. Dicha empresa y sus talleres asociados revisarán el vehículo con el fin de detectar defectos, averías y deterioros en la carrocería, ejes, neumáticos, suspensión, chapa e interiores. Lo más probable es que optemos por un vehículo seminuevo, por lo que su estado general debería asegurarnos un seguro a todo riesgo con cualquier compañía.
Otros aspectos que no debemos descuidar al momento de hacernos con un coche usado son firmar un contrato de compraventa y verificar papeletas administrativas como la ITV en vigor y que los impuestos y gastos se incluyan en el precio final de venta.