Estos dos tipos de proteína son las encargadas de la contracción muscular. Cada una de éstas tiene una función específica: mientras que la miosina se encarga de transformar la energía química en energía mecánica para el movimiento, la actina genera la fuerza.
Una única miofibrilla es un conjunto de sarcómeros aislados, con un aspecto estriado cuando se mira a lo largo de su longitud, pues se observan unas bandas oscuras (llamadas bandas A) y otras de claras (las bandas I). Otras proteínas accesorias ayudan a estabilizar los sarcómeros.
Como te habrás dado cuenta, su estructura es muy compleja, aunque esto sea sólo una simplificación. ¡Ahora ya sabes cómo son por dentro estos músculos que tanto deseas o tanto te ha costado conseguir!