Pero, ¿cómo empezar? Puedes hablar de cualquier cosa. Del clima, la hora, el lugar, el entorno… Utiliza la situación para sacarle provecho. Si es un bar, puedes hablar de las comidas y bebidas, si es en el transporte puedes comentar el clima, la hora o preguntar cuándo pasará el siguiente bus. Algunas personas no estarán dispuestas a hablar, pero si ves que responden bien, sigue sacando conversación.
Si es en la escuela o tu trabajo, será mucho más fácil porque tendrán algo en común. Así que lánzate, ya verás cómo te vas sintiendo más cómodo a medida que lo vayas haciendo.
- No te quedes callado durante una conversación
Es fácil dejar que la otra persona hable hasta por los codos mientras tú escuchas, pero debes practicar también la cantidad de tus intervenciones. Estoy segura de que siempre tienes algo que decir, así que no tengas miedo y habla. Da tu opinión, cuenta una anécdota… Eso ayudará a la otra persona a saber un poco más de ti.
- Agrégate a planes y reuniones
La mayoría de las personas no hacen invitaciones formales. Solo te comentan de algún plan o simplemente esperan que vayas sin decirlo expresamente. No te sientas excluido, ve de igual manera, así como cuando tus compañeros salen a tomar algo después de la jornada. Acompáñalos, ellos estarán más que encantados de tenerte.