Pedir más. Describir lo que estás haciendo en ese momento. Animar al otro pidiéndole que lo haga más fuerte, o más rápido o más despacio
Lo que es un error para Myers, y seguramente muchos le den la razón, es pensar demasiado y ser alguien que no se es, o decir algo que no se corresponde con nuestra forma habitual de pensar. «Solo hay que decir lo que se siente. Si te gusta una postura, dilo. Di que te encanta cómo te agarra el culo. Si no estás cómodo con esa palabra, prueba otra distinta. Muchas mujeres se bloquean a la hora de nombrar partes del cuerpo. Algunas palabras les hacen sentirse como actrices porno, poco espontáneas, y es normal».
Pero también puede ocurrir lo contrario: «Si quieres salir del dormitorio y hacer algo más gamberro, también está bien. Lo bueno de practicar solo es que entenderás con qué palabras estás cómodo. No hay que hablar como una teleoperadora erótica si no se quiere. Forzándose a uno mismo solo se consigue distraerse y cerrarse aún más».