El momento en el cual debes sincerarte más, será cuando contrastes los gastos con los ingresos. Debes considerar que los fastos fijos no deberían ser superiores, en un 50% o 60%, a los ingresos, para que tengas una economía un poco saludable.
- Productos bancarios: es cierto que necesitarás de algunos productos bancarios, como cuentas o tarjetas, que son indispensables para la vida diaria. Si ya los posees, debes revisar cuánto estás pagando en comisiones, ya que quizás pudieses utilizar productos, que cumplan las mismas funciones, y que no tengan comisiones. Algunas entidades, especialmente las que operan “online” que, al tener menos costes, pueden ofrecer ese tpo de beneficios para sus clientes. Puedes checar ING Direct, Imagin Bank, o algunas entidades tradicionales que ofrecen productos de este tipo como la cuenta “online” de BBVA.
Si lo que buscas es un producto financiero básico, repasa qué opciones ofrece el mercado, ya que alguno podría beneficiarte antes de emprender esta aventura. Por ejemplo, algunas cuentas ofrecen descuentos en tus facturas, tal como la cuenta 123 de Banco Santander, que te ofrece hasta un 3% de bonificación en las cuentas que domicilies. Es posible que te apliquen condiciones, pero recuerda calcular y decidir si te compensa, o no.
- Empadronarse: aunque la ley no te obligue a empadronarte en tu vivienda tradicional, es más conveniente que lo realices para ciertos trámites y que puedas ahorrar algún dinerillo en algunas ocasiones. Si piensas vivir en alquiler, conversa con tu casero para pedir permiso.
Para poder solicitar la tarjeta de aparcamiento regulado en tu área, necesitas estar empadronado en la zona como requisito.