En la mayoría de las ocasiones, las ojeras son fruto de una micro congestión vascular que se hace visible precisamente allí donde la piel es extremadamente fina. La ralentización del sistema circulatorio, generalmente unida a problemas de retención de líquidos, hace que la piel bajo los párpados adquiera un tono que va desde el marrón – gris hasta el violáceo dependiendo del color natural de la dermis.
Para tratar adecuadamente la zona y minimizar el efecto «oso panda» de las ojeras existen productos específicos que, con un poco de constancia, proporcionan excelentes resultados.
La mayoría de estos cosméticos incluyen en su composición ingredientes que buscan reactivar la circulación y descongestionar la zona, principalmente vitaminas (K y C) y extractos vegetales (pepino, manzanilla aloe vera…).
Otra opción es recurrir a los tratamientos en cabina que consisten en aplicar mascarillas tonificantes y drenantes sobre párpados caídos, bolsas y ojeras. Por último, siempre te quedará la opción del maquillaje. Un corrector antiojeras puede ser una buena solución temporal.
