Pero ante la derrota de 2006, el genial Koenigsegg pensó que perder una batalla no significaba perder la guerra, y con esta idea, se puso a engendrar su próxima obra de arte de la velocidad. Lo logró unos años después con el inalcanzable Koenigsegg One1. El One 1 adelantó al Bugati en la carretera de los “cazas terrestres” empujado por un motor que le permitió desplegar la increíble velocidad de 440 km por hora.
Fue con sólo 19 años que el sueco Christian Von Koenigsegg se propuso fabricar el coche más rápido del mundo; hoy, con 44, ha cumplido el objetivo soñado haciendo que cuando se piensa en velocidad, Ferrari, Lamborghini, BMW, y también el mismísimo Bugati, tengan que “sacarse el sombrero”.