Mientras, en el sentido inverso, los videojuegos iban mamando del cine para ofrecer grandes adaptaciones basadas en clásicos como el mismo Indiana Jones, cuyas aventuras gráficas de la productora Lucas Arts son ya clásicos inmortales: 007, Star Wars, Alien o Batman. Evidentemente jugaban con ventaja, ya que bebían de argumentos mucho más trabajados y ofreciendo al usuario el protagonismo que en el cine no podían obtener.
De este modo, a medida que las posibilidades tecnológicas iban aumentando, los programadores de juegos iban contratando a mejores guionistas y el nivel de sus productos iba mejorando para acabar, hoy en día, ofreciendo auténticas maravillas de las videoconsolas como los recientes Grand Theft Auto (todos los de la saga, aunque el cuarto y el quinto rivalizarían con la película Scarface), The Last of Us (premiado en el Fun & Serious Game Festival con el que abríamos el artículo y cuyo argumento podría haber firmado el mismísimo Cormac McCarthy), o el aclamadísimo Heavy Rain (que si nos dicen que lo ha firmado el David Fincher de Zodiac nos lo creemos a pies juntillas).
