No solo la labor tras la cámara es digna de señalar, buena parte del éxito de la película ésta en el dúo protagonista. J.K.Simmons como el profesor Fletcher se come literalmente la pantalla y centra todas las miradas. Es uno de esos “robaescenas” (a quien vimos anteriormente como el perfecto y memorable J. Jonah Jameson en la trilogía de Spiderman de Sam Raimi), al que el director le ha regalado un dulce caramelo imposible de rechazar.
Es el “malo de la película” encantado de serlo y el personaje que posee mejores líneas y escenas a lo largo del metraje. Frente a él, Milles Teller como el ambicioso Andrew, quien tiene la difícil papeleta de aguantar todos los envites que le lanza Simmons sin morir en el intento y consigue salir airoso de ello, lo cual no es tarea fácil teniendo a semejante bestia delante, convirtiendo la dinámica entre ellos en un duelo.