Lo que empieza siendo un enfrentamiento con millones de casquillos entre Frank y los servicios secretos de su país, que lo persiguen sin cuartel, se transforma en una causa común para un grupo de antiguos espías y mercenarios, que descubren que son los únicos que pueden evitar una catástrofe mundial.
Esta catástrofe sería provocada por un artefacto colocado en el sótano del Kremlin por un científico (Anthony Hopkins) que perteneció al M16 británico, y que durante muchos años simuló estar loco en una cárcel de este servicio secreto.
El grupo de perspicaces espías que siguen a Frank se verán enfrascados entre la persecución del servicio secreto estadounidense, las presiones de la principal agente rusa (Catherine Zeta-Jones) en búsqueda de información sobre la bomba, y la difícil misión de liberar al genio loco y convencerlo de que desactive el aparato.
Con una estructura basada en el cómic, Red 2 tiene la capacidad de transportarnos a buen ritmo de París a Londres, y de Londres a Moscú, según los arriesgados pasos que da el extravagante grupo.