Con Oldboy, Spike Lee demuestra que no se anda con chiquitas cuando se trata de mostrar sangre con realismo, principalmente, como consecuencia de la desesperación y la zozobra que pueden desatar 20 años encerrado en una cueva sin saber por qué.
[pullquote]El film de Spike Lee se empieza a desgranar por derroteros bastante inesperados, hábilmente hilvanados por el director[/pullquote]Es cierto que el ejecutivo publicitario Joe Doucette (Josh Brolin–No es país para viejos), no es un profesional digno de confianza, ni por parte de sus clientes, ni por su familia, a la que tiene bastante descuidada, sobre todo por las malas pasadas de su comportamiento.
Sin embargo, el castigo al que será sometido luego de una noche de borrachera será excesivo y mayúsculo. Joe permanecerá encerrado 20 años en una habitación hermética, alimentado por debajo de una puerta y sometido a presión psicológica a través de un extraño canal de televisión.
Luego de tocar fondo e intentar suicidarse, la pantalla le muestra la imagen de su hija –a la que vio por última vez con escasos años-, lo que genera en Joe un punto de inflexión, y a su vez, el punto de partida para recuperarse de su penoso estado y escapar de dicho antro.