Entre los puntos fuertes de la saga se pueden destacar un personaje muy bien logrado por un Hugh Jackman que lo conoce a la perfección, y una puesta en escena y ambientación que presenta la máxima concordancia con la trama y los hechos. Sin embargo, para los más críticos, la acción se vuelve opaca y plana, y hasta casi el final, todo se sustenta en cuestiones descabelladas sin conseguir dejar exhausto a nadie.
Lo cierto es que en términos generales, se evidencia una mejora sustancial respecto a la versión anterior, y las puntuaciones no bajan de 5, pero sólo alguna supera levemente el 7.