Los buenos y los malos vuelven a enfrentarse en el siempre convulso oeste americano. Como si de una versión readaptada de Piratas del Caribe se tratara, El Llanero Solitario pretende atrapar al público durante casi dos horas y media, mediante la acción trepidante, pero también recurriendo a una alianza que está al margen de la historia verdadera en esta parte del mundo.
Esta coalición entre el Llanero Solitario (Armie Hammer) y un indio americano llamado Toro (Johnny Depp) resulta el gancho obligado del film, puesto que hay un enemigo al mejor estilo clásico western para combatir. Es la violenta banda forajida liderada por Butch Cavendish.
En medio del eterno pulso de poder que siempre se desata en la región de los pistoleros con intenciones antagónicas, el llanero con sus aliados Rangers son emboscados por la banda de bandoleros.
El ataque parece ser todo un éxito para los “malos”, quienes están convencidos de haber acabado con el regimiento de Rangers. Pero un exponente de los siempre discriminados indios americanos se encargará de salvarle la vida al moribundo llanero.
