FX de gran nivel, sobretodo en las grandes set-pieces y en ese futuro post-apocalíptico que ya hemos visto recreado anteriormente, a excepción de una escena que clama al cielo, tanto por lo innecesaria que resulta por artificiosa, como por lo mal resuelta que está a nivel CGI, me refiero a cierta escena en helicóptero.
BSO de Lorne Balfe, que cuenta con la producción ejecutiva de Hans Zimmer, cuya influencia es más que palpable en todo el score, el cual no es que destaque especialmente –con esto no estoy diciendo que sea malo pues hay algún tema bastante inspirado- y por el que se cuelan las notas del “leitmotiv” y tema principal que compusiera Brad Fiedel para el primer film.
Espectáculo disfrutable en pantalla grande con dirección de Alan Taylor que maneja con soltura las escenas de acción y que pasa volando. Dos horas de acción sin pausa con un guión con algunos puntos flojos, que esperemos arreglen en las posibles secuelas y podamos volver a ver al gran austriaco encarnando al metálico robot asesino.