En el guión, prima la espectacularidad por encima de la narrativa (siendo la historia lo de menos), regalándonos imágenes y escenas de acción vistosas y repletas de efectos especiales (cortesía de la gran Industrial Ligth & Magic), así como de numerosas demostraciones de lo bien que maneja la cámara en este tipo de cine.
En cuanto al reparto, tenemos a la protagonista de La isla llevando el peso de la película y sintiéndose comodísima como la poderosa Lucy, capaz de lo imaginable, lo inimaginable y moviéndose con soltura en las escenas de acción. A Morgan Freeman, al que parece que han elegido por el toque de persona respetable y sabia que aporta, además de su voz como narrador de documentales (cuando la veáis sabréis de que hablo) y por último a Mink-Sik Choi en el típico rol de mafioso asiático, que aporta su gran presencia en pantalla, pero que resulta un tanto desaprovechado.