La historia (escrita por el propio Sylvester) es de lo más sencilla. No esperéis giros argumentales ni tramas muy enrevesadas. Aquí no hay lugar para personajes grises, todo es blanco y negro, buenos y malos.
Aunque sí se deja entrever un posible discurso en torno a ese relevo generacional (que parece que no acaba de llegar), dando la mano a los que podrían ser los nuevos rostros del cine de acción y que responden a nombres como Ronda Rousey (¿la nueva Gina Carano?), Kellan Lutz (ex-Crepúsculo protagonista del Hércules de baratillo que nos llegó a principios de año) o Victor Ortiz (ex-boxeador).
Junto con estas nuevas caras, encontraremos recién llegados a la saga que vienen a reemplazar al “pesetero” de Bruce Willis (se dice que su NO aparición se debe a los altos honorarios que pedía para reaparecer) y entre los que podemos mencionar a Harrison Ford, Wesley Snipes (el cual incluso se permite un chiste a costa de su “obligado” retiro cinematográfico), Mel Gibson que es el nuevo malvado (dentro y fuera de la pantalla) de Hollywood y quien se convierte en rey de la función, Antonio Banderas; suyas son las mejores líneas del guión y el papel más agradecido, convirtiéndose en un auténtico roba-escenas.