Han pasado unos años desde que Devereaux (Pierce Brosnan) y Mason (Luke Bracey), mentor y pupilo, fallaran en una misión de la CIA. Ahora, el agente sale de su retiro para un último trabajo que acaba destapando una conspiración. Solo una cosa se interpone entre el ex agente y su objetivo, su antiguo alumno.
[pullquote]La dirección es más que correcta y las escenas de acción están bien resueltas, pero no ofrece nada novedoso ni espectacular[/pullquote]No hay duda de que tanto Roger Donaldson como el ex 007 vivieron tiempos mejores. El primero nunca ha tenido etiqueta de autor, pero sí de director artesanal con una larga trayectoria y con films por lo menos eficientes y de éxito comercial como Cocktail, No hay salida o Species.
En el caso del intérprete de Remington Steel, éste supo combinar y alternar su paso por la saga del personaje con “licencia para matar” con otros papeles que, si bien no lo alejaban de esa imagen glamurosa, sí se diferenciaban del rol del perfecto e implacable espía.
