La película resulta entretenida y las peripecias del chico para sobrevivir por su cuenta se siguen con interés. Si bien Guzmán se preocupa mucho por entregarnos una imagen libre de artificios —merced a un buen trabajo de fotografía— para que lo que nos narra nos resulte más veraz, hay ciertas situaciones que rozan lo inverosímil y que lastran el conjunto, y que tal vez con una reescritura de guión se podrían haber pulido, en beneficio del resultado final.
La adolescencia, el despertar sexual, las amistades para siempre, los inolvidables veranos de nuestra infancia, las gamberradas al filo de la ley… todo esto tiene cabida en la película.
Si hay algo que sin duda hace ganar enteros a A cambio de nada es la dirección de actores y lo acertado del casting. Pues, la pareja protagonista, Darío y su inseparable amigo Luismi, encarnados por Miguel Herrán y Antonio Bachiller, desprende una gran química siendo las escenas de los dos juntos, algunas de las que provocan los mejores momentos de la cinta.