En medio de esta vorágine de acción y adrenalina, tanto el servicio secreto como John, descubren que el objetivo de los paramilitares es fraguar un golpe de estado y remover al gobierno de James. El tiempo para que todos salgan con vida del emblemático edificio se agota, y a pesar de que John sabe que cuenta con mucha ayuda externa, deberá resolver la compleja situación puertas para adentro.
El reparto se completa con Maggie Gyllenhall, como la agente especial Carol Finnerty, Jason Clark (Emil), y James Woods (Martin Walker).
Si bien es bastante evidente que vamos a asistir a situaciones de amenaza contra la seguridad nacional, heroísmo, y genialidad estratégica por parte del personaje principal, Asalto al poder resulta tan frenética como absurdamente entretenida.
Y justamente este valor es el que más predomina en este film que muchos definen como “palomitero”, pero termina logrando el objetivo de las producciones de este estilo, que quizá no pasen a la historia, pero logran el entretenimiento inherente a la gran pantalla, por lo menos durante 131 minutos.