La lucha por la supervivencia de un padre y su hijo –que deberá ser el verdadero salvador-, en un mundo post-apocalíptico, y en el que ambos son los únicos habitantes de un planeta peligroso y hostil, es la plataforma argumental en la que se apoya After Earth, un film que no despierta ni demasiado entusiasmo ni las mejores críticas cinematográficas.
Esto no quita que a cierto perfil de espectador, tanto Will Smith, en el personaje del general Cypher Raige, como su hijo Kitai (Jaden Smith), y el particular enfoque del director M. Night Shyamalan, le mantengan entretenido durante los 99 minutos de película.
Lo que no se puede discutir en After Earth, es que todo girará en un contexto surrealista, tanto que en éste se forja una historia que por momentos parecerá de videojuegos. Sí, es verdad, hay un argumento, pero no se puede dejar de decir que éste cae en la inocencia altamente improbable –por lo menos por ahora-, de un mundo completamente emigrado a otras galaxias, por el grado de hecatombe en la Tierra.