3. Quema calorías. A ver, no es plan de que cambies el gimnasio por tardes de morreos, pero algo es algo. Besando con intensidad se queman de dos a seis calorías por minuto, algo parecido a una caminata veloz. Una enorme cantidad de músculos faciales trabajan mientras tanto, y esto se nota también en la apariencia del rostro. Dicen que diez minutos de besos al día pueden hacerte ver hasta 15 años más joven.
4. Alivia los síntomas de las alergias estacionales. Estornudos, secreción nasal… Quien sufre las fastidiosas alergias estacionales sabe que no son moco de pavo (y nunca mejor dicho). He aquí su solución: besarse. Según un estudio japonés, las personas que se besan durante al menos media hora tienen niveles más bajos de inmunoglobina E, el anticuerpo que desencadena los síntomas de la alergia.
5. Fortalece nuestras defensas. Nuestra boca está llena de gérmenes, eso es así. Y besando intercambiamos una gran cantidad de ellos. Pues precisamente esto es lo que hace que nuestro sistema inmune se haga más fuerte. Besarse es la más agradable de las vacunas. P.D.: la mononucleosis y el herpes no cuentan. En ese caso mejor ser castos y puros.