Amberes, Catania, Podgorica, Rennes o Tromsø ya sea por su riqueza histórica, artística o patrimonial, o por sus gentes, costumbres y gastronomía, se convertirán en ciudades tendencia en este 2016.
Es al menos lo que apuntan desde el buscador Skyscanner. Son cinco ciudades europeas emergentes que merece la pena visitar el próximo año.
Amberes, Bélgica
La segunda población más importante de Flandes, a 50 kilómetros de Bruselas, vio nacer a Rubens y es Centro Mundial del Diamante. En ella habita una de las comunidades de judíos más numerosas de Europa, quienes iniciaron el negocio de las piedras preciosas, y con más de 1.500 empresas dedicadas a su tratamiento y comercio. Algunas de las calles y edificios más característicos de Amberes se concentran alrededor de la Grote Markt o Plaza Mayor. Para reponer fuerzas, nada mejor que una cerveza local y, cómo no, unas onzas del afamado chocolate belga.
Catania (Sicilia)
Al pie del Etna, (ver foto que acompaña este artículo) el volcán más grande de Europa, descansa la bella Catania, con una historia que se remonta a más de 2.700 años y cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad desde 2002. A su arquitectura barroca y la decadencia de muchas de sus construcciones, se suma el encanto de los mercados a pie de calle, sobre todo, de pescado capturado en la costa esa misma madrugada. Debido al caótico tráfico que impera en casi toda Italia, es recomendable recorrerla a pie y, de paso, hacer así hambre para disfrutar, más si cabe, de una de las mejores culinarias que existen.
Montenegro
Es la localidad más grande de Montenegro y fue destruida casi en su totalidad durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que sus edificaciones son bastante modernas, además de disponer de un amplio número de jardines y zonas verdes. Una de las zonas más interesantes podemos encontrarla en el Parque Nacional Skardarsko, cuyo lago es el más grande de los Balcanes, y alberga una flora y fauna bastante poco comunes. Situada cerca de varias estaciones de esquí y de la costa adriática, resulta perfecta para visitar en cualquier época del año.
Rennes, Francia
2.000 años de historia sirven para dar idea de la riqueza cultural y patrimonial de Rennes, uno de los principales enclaves turísticos de la Bretaña francesa, situado a dos horas en tren de Alta Velocidad desde París e internacionalmente conocida por su Festival de Música Los Transmusicales. Los devotos de los mercados disfrutarán como nunca con el de Lices, el segundo más importante del país, que cada sábado por la mañana acoge a más de 300 productores locales y regionales, y donde es de recibo probar una galette-saucisse, el hot dog galo que consiste en una salchicha a la parrilla dentro de una especie de crepé.
Tromsø, Noruega
Rodeada de fiordos e islas, Tromsø tiene un encanto especial gracias a la madera con la que están construidas muchas de las casas de su centro histórico. Una de las atracciones más visitadas de esta ciudad, fácilmente caminable, es Polaria, cuyas focas barbudas causan estragos entre los más pequeños. La Catedral de Ártica, los jardines botánicos, con plantas que difícilmente podrían conservarse en otros lugares del mundo, o el teleférico que lleva hasta la montaña de Storsteinen, desde donde se contemplan unas impresionantes vistas panorámicas, son otras paradas imprescindibles.