No quisiera acabar sin mencionar el peligro que puede suponer la medicina pseudocientífica para la salud.
Dos ejemplos de ello son las supuestas propiedades curativas de cáncer del cartílago de tiburón, basándose en que este animal no lo sufre; y la homeopatía. El mayor riesgo está cuando el paciente confía tanto en este “medicamento” que deja de tomar otros tratamientos más efectivos.
En el caso de la homeopatía, se utilizan preparados muy diluidos que buscan crear los mismos síntomas que sufre el paciente, pues cree que los mismos síntomas que provoca una sustancia tóxica en una persona sana pueden ser curados por un remedio preparado con la misma sustancia tóxica.
Además, cuando se han analizado las pastillas de homeopatía no se ha encontrado ningún (o casi ningún) principio activo.
Así que ya sabes, no dejes que te tomen el pelo con ciertas creencias que, aunque parecen científicas, no tienen nada que ver con la ciencia.