Aquellos que rehicieron su vida con otra pareja multiplicaron sus relaciones, quizá porque buscaron una pareja más fogosa…
“El sexo cuando estás casado es como ir a la tienda 24 horas: no hay mucha variedad, pero a las tres de la mañana siempre está abierta”
Solemos identificar el matrimonio (y, en definitiva, las relaciones a largo plazo) con el tedio sexual. Como recuerda Fugère, así suele ser: la novedad desaparece y ya sabemos de antemano quién va a meter el qué en qué agujero y en qué posición. La buena noticia es que, como señaló una investigación publicada en ‘Journal of Marriage and Family’, los casados suelen necesitar menos relaciones para sentirse satisfechos, en la la línea de lo expuesto en el punto anterior. ¿Un truco para disparar la vida sexual? Divorciarse y volverse a casar: como aseguraba la misma investigación, aquellos que rehicieron su vida con otra pareja multiplicaron la frecuencia de sus relaciones, tanto por pasiva (es posible que la fuente del deseo se hubiese secado) como por activa (quizá, en esta nueva relación, se buscaba una pareja más fogosa).