Devesa y Gómez confiesan que ir de compras o tener que enseñar las «lorzas» en verano, son algunas de las situaciones incómodas que ellas han vivido.
Rebeca Gómez cuenta en el primer capítulo, «En busca de la autoestima perdida», que hubo un verano en el que no fue a la playa, utilizando excusas como «menstruación» o «cuaderno de vacaciones Santillana», y que se quedaba en casa mientras lloraba viendo a sus amigos jugar en la piscina.
Elena Devesa recuerda en este mismo capítulo que su primera gran dieta la hizo a los 15 años, no quería ser una chica delgada, solo quería «ser normal».
Devesa y Gómez, de profesión periodista y grafoanalista forense, respectivamente, se definen como activistas del movimiento curvy, o movimiento gordi y dan la bienvenida a un mundo donde la talla es «lo de menos» y la autoestima, «lo de más».
Sobre el título escogido para su primer libro, estas treinteañeras explican que «gordibuena» sonaba muy «soft», «demasiado dulce», y ellas se consideran unas chicas muy «cañeras», así que la palabra «fucking» les parecía apropiada porque anticipaba el contenido con el que se iban a encontrar los lectores.