La gata con pinta de humana aseguró que los médicos le encontraron «un gen defectuoso» en su ADN que prueba que ella es un felino en realidad. Por eso usa orejas, cola y hasta guantes de garras peludas para sentirse más a gusto con su cuerpo.
¿Le espera una vida en solitario? Ni mucho menos. Nano no está sola: charla con maullidos con un muchacho llamado Sven, que también tiene una personalidad felina.
Fuente: Que.es