¿Creencia o ciencia? Su testimonio se basa en que puede escuchar y ver mejor que cualquier persona, y hasta tiene una reacción involuntaria propia de un felino cuando divisa a un perro. Usa rabo, patas y orejas para sentirse más cómoda.
El caso de Nano podría ser tratado como una disforia de especie, o como una etapa fantasiosa en la vida de la joven, pero ella asegura que se siente un gato desde que tiene 16 años. «Mi psicólogo dijo que puede ser que la supere, pero no lo creo», expresó.
La entrevista que le hicieron para un programa de radio de Trondheim se convirtió en un viral con más de 1.3 millones de visualizaciones en YouTube.
Nano reside en Oslo y en el vídeo se la puede ver deambular por la estación central de trenes de la capital noruega acompañada por una reportera.
La joven incluso tiene una reacción involuntaria de desconfianza al ver a un perro, algo propio de los gatos.